“A lo largo del día es importante beber 2 litros de líquidos sin azúcar, preferentemente agua segura y no esperar a tener sed para hidratarse”, explicó la Directora Provincial de Nutrición, Florencia Quintana, y apuntó que “esta cantidad se debe aumentar sobre todo si los días cursan con altas temperaturas, si se realiza actividad física o si se presenta fiebre, pérdidas de líquidos por vómitos y/o diarrea ya sea por Covid-19 u otra afección, evitando así la deshidratación”.
Asimismo, detalló que el agua es segura cuando es potable, si no es potable se debe hervir durante dos a tres minutos o colocar dos gotitas de lavandina por cada litro de agua media hora antes de usarla.
Entre las recomendaciones destacó “ofrecer siempre agua segura y sumando a los hábitos saludables, disponer de botellas o jarras de agua en la casa, siendo mejor si están en lugares visibles y al alcance de todos como la mesa y la heladera; además de adquirir la conducta de llevar la botella de agua en la mochila, la cartera o el bolso al salir, beber agua durante las horas de trabajo, en viajes aun de corta distancia, mientras se realizan actividades recreativas y pedir agua también en salidas gastronómicas o nocturnas”.
Por último, instó a tener en cuenta las recomendaciones para cada grupo poblacional específico, a saber:
Personas embarazadas: deben consumir agua ya que es un factor clave para mantener el líquido amniótico
Personas en período de lactancia: deben reponer las pérdidas de agua que se producen al amamantar
Bebés: pueden comenzar a tomar agua a partir de los 6 meses; antes no es necesario ya que reciben el agua que requieren con la lactancia
Población pediátrica: se debe ofrecer agua constantemente; por la permanente actividad, transpiran más y además, perciben menos la sed
Adultos mayores: suelen disminuir el consumo de líquidos por tener una menor sensación de sed; pueden presentar vulnerabilidad a las altas temperaturas