El presidente de Francia, Emmanuel Macron, hizo un llamado este sábado a la celebración de un encuentro internacional de “alto nivel” para discutir la “abolición universal” de la pena de muerte en todo el mundo.
Macron manifestó que tiene la intención de organizar el encuentro en el marco de la Presidencia francesa de la Unión Europea, en el primer semestre de 2022, al que acudirían representantes de la sociedad civil para convencer a los estados que todavía aplican la pena de muerte que impongan una moratoria con vistas a su abolición.
Macron realizó este anuncio en medio de la conmemoración del 40º aniversario de la abolición de la pena de muerte en Francia. Hasta el momento, 106 estados de todo el mundo han adoptado esta decisión, mientras que otros 50 respetan una moratoria, bien ‘de jure’ o ‘de facto’ contra las ejecuciones.
Sin embargo, el presidente galo recordó que 483 personas - “un número indudablemente subestimado”- fueron ejecutadas en todo el mundo en 2020 por “33 regímenes políticos que en su mayoría comparten un gusto compartido por el despotismo y su el rechazo a la universalidad de los Derechos Humanos”, según declaraciones recogidas por France 24.
Aunque se cuidó en no mencionar a ningún país que la administra, naciones del África oriental y del Golfo Pérsico, India, China o Estados Unidos todavía la aplican. En Europa, Bielorrusia es el único Estado que todavía la tiene en vigor.
El tributo, celebrado en el Pantéon de París, contó con la intervención de Robert Badinter, el exministro de Justicia que fue esencial para la erradicación de la pena capital. Es que en Francia, el proyecto de ley sobre la abolición de la pena de muerte fue aprobado por la Asamblea Nacional el 18 de septiembre de 1981, cuatro meses después de la elección de François Mitterrand al Elíseo. La eliminación de la guillotina fue promulgada finalmente el 9 de octubre de 1981.
El acto sucede cuando el debate sobre la vuelta de la pena muerte sigue en el candelero a menos de siete mese de las presidenciales en Francia, especialmente por parte de la ultraderecha, que representa al menos un tercio del electorado.