Hoy, 27 de agosto, al igual que todos los años, se festeja el Día de la Radio en la Argentina. Si bien el Día Mundial de la Radio es el 13 de febrero, en el país se celebra en una fecha diferente, conmemorando la primera transmisión que se hizo en 1920 en nuestras tierras, por los denominados Locos de la Azotea.
El 27 de agosto de 1920 Enrique Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica dieron inicio a la radiofonía argentina cuando transmitieron la ópera Parsifal, de Richard Wagner, desde la terraza del Teatro Coliseo. Esa fue la primera transmisión radiofónica (integral y completa) de un programa de radio, realizada por los cuatro radioaficionados que pasaron a la historia como los Locos de la Azotea.
Con un pequeño micrófono, un transmisor de escasa potencia y las antenas en los techos del Teatro Coliseo lograron el objetivo de difundir la ópera Parsifal hace 101 años. Así se puso en marcha Radio Argentina, para nosotros la primera emisora del mundo, que marcó el punto de partida para la radiodifusión de nuestro país.
Día de la Radio en Argentina: ¿quiénes fueron los Locos de la Azotea?
Enrique Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica eran cuatro jóvenes del mundo de la medicina: el médico Susini, quien entonces tenía 25 años; y los otros tres, estudiantes de la Universidad de Buenos Aires: Mujica de 18, Guerrico y Romero Carranza de 22.
Además de la carrera que habían escogido los unía otra pasión: eran radioaficionados entusiastas y creativos que soñaban con una radiofonía al servicio de la cultura. En ese momento no imaginaban que ese medio iba a transformarse en un verdadero fenómeno de masas.
La Argentina celebraba 100 años de la Revolución de Mayo cuando el italiano Guillermo Marconi, inventor del telégrafo sin hilos, llegó a Buenos Aires para continuar sus investigaciones en la materia. Desarrolló en nuestra tierra varias pruebas de transmisión, utilizando un barrilete con el que se remontaba una antena. Así, consiguió tomar contacto con Irlanda y Canadá. Fueron aquellas pruebas las que encendieron la chispa de los Locos de la Azotea.
Los jóvenes quedaron obnubilados por el proyecto y lo que podían lograr los avances de Marconi. Desde ese momento, no cesarían de trabajar hasta lograr una transmisión radial. Los cuatro siguieron con atención y pasión toda información referida a los principios de Herz, Braun o Marconi. Ni el comienzo de la Primera Guerra Mundial pudo detenerlos, cuando el desarrollo de la radio se convirtió en un proyecto secreto. Por el contrario, aprovecharon la oportunidad.