Vuelve el Superclásico al estadio Monumental. Y vuelve con público. Habrá 36 mil espectadores, tal vez algunos más, este domingo a las 17 horas, cuando River y Boca empiecen a jugar, con el arbitraje de Fernando Rapallini, la 213ª edición del partido más grande del fútbol argentino. Habrá, también, un ambiente colorido y ruidoso, muy distinto al de los cuatro encuentros anteriores que se desarrollaron en una Bombonera y en un Estadio Ciudad de La Plata en silencio. Resulta brumoso adentrarse en los vericuetos posibles del juego cuando los técnicos Marcelo Gallardo y Sebastián Battaglia, todavía no tienen en claro algunos puestos de sus equipos. De todas maneras, y respetando siempre la dinámica de lo impensado, algunas especulaciones pueden hacerse a la hora de la previa.
Ninguno llega demasiado mejor que el otro: River tiene 6 puntos más que Boca (27 a 21) y da toda la impresión de que peleará mano a mano con Talleres el título de campeón. Pero eso no le otorga un plus en la consideración previa. Lleva 8 partidos sin perder (6 triunfos y 2 derrotas) y pero no ha dado una sensación de poderío o invulnerabilidad. De hecho, en su última victoria ante Central Córdoba en Santiago del Estero, pasó demasiados sofocones y terminó ganando por las atajadas de Franco Armani y el gran momento de Julián Alvarez. Boca tampoco ha perdido durante el ciclo de Battaglia (7 partidos con 5 triunfos y 2 contrastes). Pero ha mostrado en este tiempo más resultados que fútbol. Sin dejar de reconocer la mejoría que ha evidenciado el equipo respecto de los últimos y desangelados tiempos de la gestión de Miguel Angel Russo.
River sabe a que juega: La idea de Gallardo sigue bajando con nitidez aunque no siempre se la ejecute de la mejor manera. Presión muy alta, toque veloz de la pelota y apertura por las bandas con la subida de los laterales Casco y Angileri constityen su ADN. Le ha costado acomodar las piezas en la mitad de la cancha, donde parece querer asentarse como titular, el colombiano Jorge Carrascal y su habilidad intermitente. Pero no encuentra todavía al cuarto componente del medio: Enzo Fernández, Palavecino, Paradela y Zuculini entran y salen sin que ninguno haya podido hacer pie firme. Arriba, Julián Alvarez otorga todas las certezas: estuvo muy bien los últimos tres partidos y es el jugador mas desequilibrante del equipo.
Boca se está buscando: Battaglia tiene mas o menos definido el fondo con Advíncula, Izquierdoz, Rojo y Fabra de arranque. Pero tampoco ha podido estabilizar la media cancha. Rotó mucho ahí y salvo Jorman Campuzano, nadie puede levantar la voz diciendo que es titular. La lesión de Ramírez le sumó interrogantes y todavía no está en claro su reemplazante. Edwin Cardona no termina de convencer al técnico quien confía en el juvenil Aarón Molinas sólo para jugar la última media hora de los partidos. Los cordobeses Pavón y Orsini serán los delanteros luego de haber empezado probando con Briasco y el juvenil Luis Vázquez. Battaglia cambia todo el tiempo, pero eso no es señal de desorientación o disconformidad. Simplemente, tocar y retocar la formación parece ser su estilo de dirección.
¿QUE LE CONVIENE A RIVER? Por ser el local, por jugar ante su gente y por estar metido en la lucha por el título que nunca ganó Gallardo, a River no le cierra nada que no sea la victoria. Boca lo sacó por penales de la Copa de la Liga y de la Copa Argentina y sería una afrenta que también le gane en el Monumental. Un dato llamativo: por campeonatos oficiales de la Argentina, River no derrota a Boca en su cancha desde el Apertura 2010 (1-0 con gol de cabeza de Jonatán Maidana). Once años no parecen demasiado, lo son.
QUE LE CONVIENE A BOCA? Un empate en el Monumental nunca queda del todo mal. Pero en esta ocasión, no sería un buen negocio para los xeneizes en su lucha por llegar a la Copa Libertadores de 2022. Mientras apuesta sus fichas a ganar la Copa Argentina, no debería perder terreno en el campeonato: si derrota a River, se le pondrá a dos puntos (48 a 46) en la tabla anual, cuyos tres primeros lugares clasifican para la Libertadores del año que viene. Y hasta podría arrimarse a la lucha por el título: hoy tiene 21 puntos y está a seis puntos de River y a ocho de Talleres. Una victoria le dará un impulso anímico notable para presentar batalla y le ofrecerá a Battaglia una plataforma inmejorable para seguir buscando su equipo. Ese que aparece un rato y desparece en otro. Y que tendrá ante River, su examen mas exigente. En medio de un nuevo capítulo de una rivalidad interminable.