La luz solar brinda energía, calor, interviene en la producción de vitamina D y modifica los estados de ánimo, pero su sobreexposición tiene efectos nocivos sobre la piel, los ojos y el sistema inmunológico. Es un hecho que la incidencia del cáncer de piel en las últimas décadas está estrechamente relacionada con actividades al aire libre, y por ese motivo es tan importante tomar los recaudos necesarios para prevenirlo.
El cáncer de piel se produce por el desarrollo y crecimiento descontrolado de células cancerosas en cualquiera de las capas de la piel y en cualquier parte del cuerpo. Podemos encontrar dos tipos: el carcinoma, los más frecuentes, y el melanoma, menos frecuentes, pero con peor pronóstico.
En nuestro país, según los últimos datos brindados por la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer, esta enfermedad presenta una tasa de incidencia de más de 200 casos por 100 mil, alcanzando a más de 100.000 argentinos cada año. Estas estadísticas son realmente alarmantes y posicionan a la Argentina dentro de los países del mundo con gran incidencia en la enfermedad y dentro de los 10 países de Latinoamérica con mayor cantidad de casos.
El cáncer de piel generalmente es causado por la exposición a las radiaciones ultravioleta (UV), ya sea procedentes del sol o fuentes artificiales como las camas solares. El efecto de estos rayos en el cuerpo es acumulativo, progresivo e irreversible, por lo tanto, es probable que la exposición excesiva de los niños y adolescentes intervenga en la aparición de este tipo de patologías en etapas posteriores de la vida.
Cuatro de cada cinco casos de cáncer de piel se pueden prevenir, simplemente evitando las exposiciones dañinas a los rayos UV. En cantidades pequeñas, las radiaciones UV son esenciales para la buena salud y desempeñan una función esencial como la producción de vitamina D, que fortalece los huesos y el sistema osteomuscular.
Pudiendo aparecer poco después de la exposición solar o años más tarde, entre los primeros síntomas de la piel se destacan: el eritema y la quemadura solar, las fotodermatosis -inflamación de la piel por la exposición al sol o a la radiación ultravioleta- y la inmunosupresión. Entre los segundos síntomas se encuentran la fotocarcinogénesis -lesiones precancerosas y carcinomas en la piel por efecto de la exposición al sol- y el fotoenvejecimiento -envejecimiento prematuro de la piel resultante de la exposición prolongada y repetida a la radiación solar-. También se pueden encontrar daños oculares como cataratas, pterigión (aparición de un bulto blanco en la córnea), quemaduras en la córnea y lesiones en la retina.
Consejos para cuidarse del sol
-Limitar el tiempo que se pasa bajo el sol de mediodía, especialmente entre las 10 AM y las 4 PM.
-Usar ropa liviana pero que ofrezca protección. Una camiseta mojada protege menos que una seca. Los colores oscuros pueden ofrecer más protección que los claros.
-Usar un sombrero para proteger los ojos, el rostro y el cuello.
-Usar anteojos de sol cerrados a los lados que den una protección de 99% a 100% contra las radiaciones UV.
-Utilizar un filtro solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de 50+ y renovar con frecuencia por lo menos cada dos horas. Verificar la fecha de vencimiento del filtro solar.
-Limitar el tiempo de exposición al sol. Usar protector solar no significa disponer de mayor tiempo de exposición.
-Si hay viento fuerte aplicar el protector solar con más frecuencia.
-Evitar las camas solares: su uso antes de los 35 años se acompaña de un aumento de 75% del riesgo de melanoma maligno.
-Estimular a los niños para que tomen las precauciones sencillas descritas anteriormente evitará lesiones sin impedir que disfruten el tiempo que pasan al aire libre. Los adultos deben procurar que los niños estén debidamente protegidos.
-Llegó el verano, las vacaciones y es fundamental doblar esfuerzos. Es importante recordar que los extremos de la vida, ancianos y niños están más expuestos a las inclemencias climáticas y sufrir deshidrataciones.
Asesoró: Dr. Ernesto Crescenti (MN: 50.776). Médico, investigador y Director del Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti. Acerca del Instituto de Inmuno Oncología Dr. Ernesto J. V. Crescenti: Ámbito multidisciplinario dedicado a la prevención, diagnóstico y tratamiento de pacientes con cáncer y pacientes diagnosticados con enfermedades en las cuales se presenta una alteración del sistema inmunológico.